ATLETICO SANLUQUEÑO:
Facundo; Salvi,
Mendoza, Dani, Jose; Diego Ramírez (Poley, min. 46), Abel Luque, Polaco,
Robert (Miguelito, min. 69), Villafañe (Chakir, min. 46), Carlos
Fernández.
CACEREÑO:
Vargas; Palero, Dani Pérez, Mejías,
Pizarraya (Toni, min. 88), Checa, Iván Pérez (Gonzalo, min. 75), Carlos
Valverde, José Ramón, Aaron, Martins (Gaspar, min. 61).
GOL:
0-1 (min, 24): Martins.
ARBITRO:
Alberola Rojas (Comité Castellano-Manchego). Tarjetas amarillas a
los locales Villafañe y Dani; y a los visitantes Gaspar, Carlos Valverde
e Iván Pérez.

Prolonga su buena dinámica el Cacereño con una
victoria importante en El Palmar de Sanlúcar de Barrameda (0-1). Un
solitario gol de Martins en el primer tiempo permitió a los de Angel
Marcos regresar con los tres puntos en el zurrón y alargar así a seis
jornadas la racha de partidos sin perder.
Los verdes suman 14 de
los últimos 18 puntos en juego, consiguiendo puntuar una vez más a
domicilio. Los extremeños han conseguido sumar siempre lejos de El
Cuartillo excepto en el Carlos Belmonte de Albacete, donde cayó en los
últimos minutos.
El susto del duelo lo dio el jugador local
Chakir una vez acabado el partido. El marroquí se desplomó y tuvo que
ser atendido por los servicios médicos de ambos equipos. Al parecer
había sufrido un proceso vírico durante la semana y el esfuerzo le pasó
finalmente factura.
Salió el Atlético Sanluqueño con ganas de
redimirse ante su afición tras las últimas goleadas encajadas. Salieron
los verdiblancos muy intensos, pero pronto se deshicieron como un
azucarillo ante el planteamiento defensivo urdido por Angel Marcos. Los
extremeños, sólidos y conscientes de sus armas, sellaron su área y se
dedicaron a montar rápidos y peligrosos contragolpes sobre el área del
ayer debutante Facundo.
El primer aviso del Cacereño llegó en un
centro de Martins que no encontró rematador. Jugaban los visitantes con
la ansiedad de una 'Lety' con muchas urgencias en la tabla. Los
gaditanos estaban atenazados y, aunque llegaban al área, no generaban
peligro a Vargas.
Así las cosas, no tardaron en adelantarse los
de Angel Marcos. Centro de José Ramón desde la banda izquierda y
Martins, dentro del área pequeña, remata la faena y amarga el estreno al
portero argentino del Atlético Sanluqueño. De ahí en adelante, los de
Cáceres fueron amos y señores del partido e incluso estuvieron a punto
de ampliar distancias superada la media hora de juego. José Ramón, un
auténtico quebradero de cabeza por el carril, se internó en el área y
obligó a Facundo a intervenir para evitar el 0-2.
La única acción
reseñable, por comentar alguna, de los locales en el primer tiempo fue
un punterazo de Villafañe que, estando en buena posición, no logró poner
en apuros a Vargas. Acabó el primer tiempo con una jugada polémica en
el área extremeña. Abel Luque, entrando por el vértice derecho, pisó
área y Vargas metió la mano derribando al atacante local. El colegiado
Alberola Rojas no vio nada punible en la acción y dejó continuar la
jugada ante las protestas de jugadores y afición local.
SEGUNDA
MITAD La segunda parte no pasará a los anales de la historia. Es más,
si hubo un equipo que mereció ver portería fue el Cacereño. Como en el
minuto 49 cuando Mendoza y Jose no se entendieron y Carlos Valverde
estuvo a punto de batir en el mano a mano a Facundo. El balón salió
lamiendo el poste.
El Cacereño desarrollaba un fútbol práctico,
sin complicaciones. Sólo tenía que defender para frenar las acometidas
de Chakir, el mejor del Sanluqueño en la segunda parte. El jugador
africano generó muchos problemas atacando por la izquierda. En el 58
lanzó lamiendo el poste y en el 70 no pudo batir a Vargas en el mano a
mano. El rechace tampoco lo aprovechó Miguelito que tiró una ingenua
vaselina.
El Sanluqueño, viendo que no llegaba a portería,
empezó a la desesperada a lanzar disparos lejanos. Mendoza hizo lucir a
Vargas con un disparo y Poley también puso a prueba con una falta que
buscó la escuadra. Sin embargo, la acción más clara la tuvo Gaspar, que
reaparecía --la otra gran noticia-- que no logró acertar ante Facundo,
que supo esperarle y despejar el balón.